Cuando, a los catorce años, escuché por primera vez en el colegio que existían programas de intercambio con las que uno puede pasar un entero año escolar fuera de Alemania, volví emocionadamente a casa y le dije a mí madre: "Mamá, escucha, yo te quiero mucho a tí, pero yo quiero ver más del mundo. En el colegio nos han hablado de una chica que se fue un año entero a Australia y mira, yo también quiero ir a Australia! Tienen canguros en el patio del cole. Verdad que es guay?!" Qué mucha ilusión me hacía aquella idea! Y desde este día la idea se manifestó en mí cabeza y era imposible borrarla otravez. Contaba los días hasta cumplir quince y poder entregar mí aplicación a AFS. Estaba determinada que iría a Australia, no importa que.
Unas semanas después de enviar mí aplicación, recibí una carta de AFS con una invitación a una entrevista con el próposito de investigar si pudiera participar en su programa. Un par de semanas después encontré otra carta de AFS en el buzón de casa. Decía que me ofrecieran un plazo en su programa. En el anexo había una lista de todos los países en la red de AFS y una explicación: Reparte 3 cruzes para los destinos a los que te encantaría irte, luego tienes 9 cruces más para destinos a los que te gustaría irte. Lamentamos decirte que tenemos tantas aplicaciones que sería imposible mandarle a cada uno a su destino favorito. Somos una organización que se dedica al aprendizaje intercultural y opinamos que uno puede hacer experiencias interculturales en cualquier país." Esto hacía la cosa todavía más interesante, podría ir a Africa, a Scandinavía o a América del Sur. Qué emoción! Derrepente tenía la clave al portal del mundo en mís manos. "Mamá, no me puedo decidir! Creo que quiero ir a todos los sitios a la vez!" Después de discutir las posibilidades, decidimos que iba a hacer los "me encantaría"-cruces a lado de Nueva Zelandía, Australia y Canada y que iba a repartir los demás entre los países sudamericanas, ya que teníamos una amiga de Peru y me resultraba muy interesante lo que contaba ella de su continente. Al contar las cruzes me dí cuenta que faltaba uno: "Carmen, que voy a hacer, quiero ir a Sudamérica, vení un poco, ayudáme decidir en dónde voy a hacer mí última cruz." "Pués mira, ahí, Paraguay también está en América del Sur, dicen que es bonito, es cómo Suiza, hay muchos campesions y vacas." A lo hecho pecho, dejé mi último cruz a lado de Paraguay y en continuación pusé la aplicación en un sobre y lo llevé imediatamente al correo.
Finalmente, una semana antes de la navidad me llegó la póxima carta de AFS ofreciendome un plazo en......PARAGUAY! "Mamááá, me tocó con Paraguay! Qué no me quiero ir a Paraguay! Qué nooo! Por qué la hize caso a Carmen? Qué no tengo ní idea dónde carajo está Paraguay!!! No me voy a ir a Paraguay, si quiero vivir entre vacas me voy a bavaría, que fastidia, quiero ir a Australia, quiero vivir entre canguros! Paraguay no tiene nada que ver con Australia! No me voy a ir allá!" Mientras mí madre se fue a traer la encyclopedía, empezé a decirle adios a los caguros en el patio de mi colegio imaginario. Qué tristeza! Era inconsolable. "Mirá, hija mía, Paraguay está en el corazón de América del Sur, está dividido en dos partes por el Río Paraguayo. La parte de arriba se llama Chaco... oh ...ehm... ahí pone: Paraguy ultimamente ha sufrido por varios golpes de estado, es un país políticamente inestabil... alta criminalidad.... uff! Bueno...que vamos a hacer! Recomendo que duermes una noche y mañana llamamos a la oficina de AFS y vamos a ver si nos pueden dar el contacto de alguien que ya ha ido a Paraguay, okay?" "No quiero ir a Paraguayyyyy......"
El siguiente día, a la maniana, mí padre me saludo con un cuaderno lleno de fotocopías sobre Paraguay: Mirá Lisa, que quay es el Paraguay! Es el único país en Latinoamérica que tiene dos idiomas oficiales: español y guaraní. Además cultivan muchas frutas tropicales, como por ejemplo piñas, mangos y papayas...Y mirá, aquí he encontrado una página web de una pareja alemana que graba videos sobre Paraguay y he pedido dos, deberían llegar mañana."
Y poco a poco la idea de ir a Paraguay me hacía más ilusión, comezé a interesarme por este país, situado en el corazón de Latinoamérica. Lo que al final me hizo aceptar mi plazo en Paraguay fue mí madre, que me dijo un día: "Mirá, Lisa, no te preocupes por la criminalidad, estoy convencidad de que si en la vida te esperan cosas malas tambien te pueden succeder en Alemania. Tienes una oportunidad única y creo que seá por algo. Estoy segura que te espera un anio genial con muchas cosas buenas. Y quizas la vida en Australia no te gustaría nada y luego tal vez te arrepientarías de haberte ido ahí y no a Paraguay."
Siete meses más tarde dije adiós a todos mis amigos, mí novío y mí familia y me fue con las maletas hechas al aeropuerto, donde me esperaba un grupo de 20 jovenes todos emocionados por las aventuras que nos esperaran en un país lejano.
(Arbeitsdauer 1:45h)
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